domingo, 27 de enero de 2013

El tan temido enemigo: las bacterias

Todos conocemos la frase célebre de Sun Tzu en su obra maestra El arte de la guerra "Por tanto, os digo: conócete a ti mismo y conoce a tu enemigo y en cien batallas nunca serás derrotado".
Esto fue declarado hace 2.500 años y continúa siendo una enseñanza sabia. Un enseñanza actual. 

Ahora se preguntarán ¿qué tienen que ver las bacterias con está frase célebre? Pues esto será simple. Ustedes deben conocerse, no serán médicos (y aun si lo son) pero conviven, no solo con una parte 'metafísica', sino con un ente vivo, un organismo, cuyo conocimiento es una ciencia, y debe ser parte de tu propia curiosidad y amor los que te deben conducir a informarte, investigar, conocer, advertir, practicar, moderar, y administrar este milagro de la creación. 

Y esto no solo se aplica a conocer nuestro organismo, sino también a los demás organismos a los que nos podríamos enfrentar cara a cara y los cuales pueden habitar, como parásitos, el nuestro. 

Les dejo el link a una fenomenal página: haz clic aquí <La muerte empieza en el colon>
De ella obtuve el siguiente texto, que copio textualmente :P (copy + paste) 



Evitar el agua con cloro

Se añade cloro al agua del grifo antes de que ésta sea distribuida para el consumo precisamente porque acaba con los gérmenes dañinos que pueda contener.
Es una gran idea y, desde que se inició esta medida, enfermedades como la disentería o el cólera han desaparecido en los países desarrollados.
No obstante, el cloro tiene el mismo efecto en nuestro tubo digestivo: tiende a desinfectarlo, matando indistintamente a los microorganismos buenos y a los malos. Hay que evitar el contacto innecesario con sustancias bactericidas (que matan bacterias) o fungicidas (que matan levaduras y hongos), incluidos los productos para desinfectar las manos y la piel, porque acaban con todas las cepas microbianas, sean éstas buenas o malas. Además, la piel y los órganos sexuales también están cubiertos de una microflora que hace frente a los gérmenes nocivos, así que más vale cuidarla.
Si se toman todas estas precauciones, la microflora protectora se reequilibrará ella sola, siempre y cuando nuestra alimentación y nuestra forma de vida se lo permitan, ya que son los dos medios más poderosos que tenemos para recobrar la salud.
Para hacer el proceso más fácil, se pueden tomar también algunos complementos alimenticios. El problema es que la mayor parte de los “probióticos” a la venta no funcionan. ¿No será porque se ofrecen en formato de comprimidos, lo que implica que se ha debido aplicar una fuerte compresión de sus componentes, que hace subir la temperatura y, por tanto, ha matado las bacterias?

viernes, 25 de enero de 2013

Yogur Casero Receta

Cuando del tema de salud se trata, la dieta es algo muy importante a tener en cuenta. Es imperativo aprovechar las bondades de la leche sin sufrir los temidos efectos de la lactosa (en aquellos con intestino sensible). Es excelente para proteger la flora intestinal, esto quiere decir que permite que en ella vivan más microbios benéficos para nuestro organismo (los que nos defienden), es decir que el ecosistema de bacterias  será más resistente a la exposición de infecciones.
Y tal vez piensen que esto no es trascendental para ustedes, pero las personas que intentan mantener un peso adecuado, o disminuirlo, los que padecen de ácne o cualquier otra afección cutánea, los que padecen de dolores de cabeza recurrentes, pueden encontrar en el yoghurt, yogurt, o yogur, como quieran llamarlo, un gran aliado.
Con los pequeños antojos que podemos sentir por las tardes, créanme que media taza de yogur natural endulzado con miel o azúcar les calmará el apetito, y un extra: es excelente para la gastritis.
El yogur contiene vitamina A, necesaria para reparar los tejidos y mantener la piel sana. La falta de esta vitamina produce una piel seca, áspera y con arrugas. Es bueno al ingerirlo y también se puede utilizar en cualquier tipo de piel como mascarilla, inclusive en el cabello. Los lactobacilos nos ayudan a mantener una piel hermosa y principalmente a prevenir padecimientos, como el envejecimiento solar prematuro.

Para esta receta se puede utilizar cualquier leche, descremada, al 1%, al 2%, incluso la leche en polvo (en este caso se prepararía de la forma que el empaque nos indique). Puede ser de vaca, de cabra, etc. Pero claro, la de vaca es lo más común.

INGREDIENTES:
  • 1 Yogur "natural" del supermercado (tazita) 
  • 3 litros de Leche 
PROCEDIMIENTO

  1. Debemos lavar con mucho esmero nuestro recipiente para almacenar el yogur. Este debe ser de vidrio o plástico. Si son neuróticas de la limpieza y salubridad pueden ponerlos en agua hirviendo por unos segundos para que no quede ni un microbio =) 
  2. Tomamos nuestra leche y la vertemos toda en una olla lo suficientemente grande. 
  3. La empezamos a hervir a fuego medio a medio-alto.
  4. Luego de pasados unos minutos (10 - 15 aprox.) verificaremos que vaya tomando temperatura. Esto lo haremos de la forma más simple, con mucho cuidado. Introduciremos nuestro meñique (tan solo la punta). 
  5. Cada cierto tiempo debemos hacer esto hasta comprobar que ya no toleramos mucho tiempo el calor. 
  6. Cuando hayamos verificado esto debemos ser cuidadosos para que leche no hierva, porque cuando esto sucede, como sabemos, esta se corta. Entonces se retira pronto del fuego. 
  7. Tomamos nuestra tazita la abrimos y vertemos en nuestro recipiente.
  8. A continuación verteremos la leche, podemos ayudarnos de un cucharón sopero para no quemarnos y luego proceder (con la ayuda de guantes si hace falta) tomando la olla y vertiéndola. 
  9. Movemos bien con una cuchara larga, de esas para refrescos, de plástico. 
  10. Procedemos a dejar 5 horas tapado tan solo con un trapo, donde no lo muevan y no le de la luz. 
  11. En ese momento tu yogur debería estar listo, cuando lo muevas deberia de notarse como algo espeso, como una crema. 
  12. Si notas que aun está muy líquido déjalo reposando por una o dos horas más. 
  13. En cuanto esté listo lo metes a tu refri y lo dejas enfriar lo suficiente para consumirlo. 


NOTA: Puedes preparar tan solo un litro para empezar, si no te funciona no habrás desperdiciado tanto. Yo así lo hice. En este caso utilizaras tan solo media tazita (si usas mucho quedará muy espeso) y lo dejarás reposar las mismas 5 horas.